Los cosmopolitas

Luis era un joven ferrolano que trabajaba como ejecutivo en una importante empresa madrileña  a quien aparentemente la vida le sonreía. Estaba orgulloso de que todo lo que tenía lo había conseguido con su trabajo y su esfuerzo personal : nadie le había regalado nada . Había viajado por todo el mundo en compañía de su mujer, Teresa, una catalana periodista y profesora de idiomas . Aunque ambos habían tenido que abandonar su tierra natal, esto no parecía importarles demasiado porque se sentían "ciudadanos del mundo" y consideraban aldeano estar atados a un lugar, un país o una cultura concreta. No tenían todavía hijos , pero como todavía eran muy jóvenes pensaban que podían esperar todavía unos años.

Sin embargo, había algo que fallaba en sus vidas. Su trabajo era demasiado absorbente y estresante como para dejarles el suficiente tiempo libre fuera de sus vacaciones planificadas y cronometradas. Se veían más como sucios que como dos personas .  Eran vagamente creyentes "por si las moscas", pero consideraban anticuado el catolicismo en el que habían sido educados , aunque estaban casados por la iglesia más que nada por la presión de sus familias. En definitiva, sufrían de una incomunicación y un vacío interior que los iba devorando poco a poco.

Un día, por consejo de uno de sus mejores amigos , decidieron hacer el camino de Santiago de forma sencilla y humilde, como unos peregrinos mas. ¡Cuantas cosas aprendieron que antes no habían tenido en cuenta! se sintieron mas unidos al enfrentarse juntos a la dureza de la peregrinación en pleno invierno por unas de las zonas mas frías del país. Conocieron a gente de todo el mundo con quienes compartieron todo tipo de enriquecedoras experiencias. Se dieron cuenta, por fin, de que el cosmopolitismo no esta reñido al amor por tu propia cultura y a tu propio país, y a los tesoros naturales y culturales que contienen. En definitiva, se encontraron a si mismos y recuperaron la fe en un dios que es amor y que nos acompañaba en todos los momentos, placenteros o difíciles,  de sus vidas.

Tal fue su entusiasmo que decidieron quedarse en Galicia rehabilitar unas viejas casas y montar un negocio de turismo rural. Aunque su nueva vida no fue siempre un camino de rosas, el verdadero amor los acompaño siempre y con el paso de los años se convirtieron en unos padres ejemplares, aunque esto ya forma parte de otra historia de las muchas que surgieron de las rutas jacobeas.